El Pabellón Eco 2020 es la décima edición de este concurso que, desde 2010, se propone como un espacio para la reflexión de la arquitectura mediante la construcción temporal dentro del patio del Museo Experimental el Eco. La emisión actual se articuló a partir de la idea de "la serpiente" de Mathias Goertiz, bajo un plateamiento propuesto por el arquitecto Javier Senosiain.
La serpiente fue uno de los símbolos con los que se identificó Mathias Goeritz, y que se manifestó como un elemento escultórico en el patio del museo que permitía dar escala singular al espacio y aforar actividades al aire libre. Goeritz experimentó con la figura de la serpiente, que en nuestra cultura prehispánica fue uno de los símbolos más encarnados: una metáfora, una narración sagrada.
- Javier Senosiain
El día 29 de enero de 2020, un jurado compuesto por el Arq. Javier Senosiain, el artista Damián Ortega, el arquitecto Miquel Adrià, miembros del Museo Experimental El Eco y de Buró- Buró se reunieron para revisar los proyectos presentados y dar el veredicto final. El 31 de enero se anunció el proyecto CRONOBOROS de TANAT | Diego Rivero Borrell, como el ganador absoluto y el 14 de marzo se llevó a cabo la inauguración en el patio del Museo Experimental "El Eco" el cual se encuentra cerrado debido a las medidas de seguridad implementadas en la Ciudad de México por el COVID-19.
Descripción enviada por el equipo de diseño.
Bajo el nombre de arquitectura emocional, Mathias Goeritz expresó una nueva forma de arquitectura que va más allá de una comprensión lógica y racional de los espacios, permitiendo la posibilidad de crear edificios capaces de articular sensaciones profundas. Como muestra de esta arquitectura, Goeritz concibió el museo El Eco como un experimento que se libera de los estándares y criterios clásicos como la simetría, la coherencia estructural, e inclusive la manera en la que se habita a través una función determinada y única de cada lugar. Ahora bien, al momento de reincorporar la emoción a la arquitectura se retoma la posibilidad de concebirla como parte de un complejo sistema de artes: escultura, pintura, danza, música, poesía y arquitectura integradas en unidad.
En este sentido, Cronoboros propone generar un espacio que celebre la transformación y la temporalidad como características inherentes a la naturaleza y su enlace con la vida humana a través de la contemplación y la expresión artística. Para este fin, convertirá el Museo Experimental El Eco en un espejo de agua y rocas en el que, tanto las partes que conforman el sitio (muros y torre) como también los elementos circundantes que a veces pasan desapercibidos como la jacaranda, el cielo, el sol, puedan ser reflejados en una imagen que hace eco de sus formas y colores. De manera similar la presencia del viento se visualiza en el movimiento del agua. La imagen, al estar reflejada, constituye la condición de posibilidad de visibilizar el agua misma, pues ¿qué sería del agua si no reflejara nada?
Al centro del espejo se encuentra una montaña de dos metros de altura conformada por cientos de piedras cuya forma simula el resultado del simple acto de tomar con la mano un cúmulo de arena y dejarla caer lentamente. La montaña a pesar de parecer un elemento pétreo y estático sólo es parte de un pabellón que cobra vida con el movimiento de un cuerpo que lo transforma al caminar sobre él. Una nueva acción, tan simple como la que lo conformó, es capaz de modificar su fragilidad pétrea.
Esta es la propuesta ganadora del Concurso Pabellón Eco 2020
Este artículo fue originalmente publicado el 31 de enero de 2020.